jueves, agosto 28, 2008

Libros gratis

Ayer a eso de las 16:00 hrs, escuché algo que muchas personas adictas a la lectura han querido oír alguna vez. Un caballero con altavoz decía: "durante tres minutos regalaremos libros a todos los vecinos de la villa... sólo durante tres minutos, venga a retirar su libro totalmente gratis...reciba cultura.". Ciertamente, no podía dejar pasar aquella oportunidad. Me imaginé un furgón lleno de libros y yo sacando un par de novelas dignas de mi género favorito.

Salí de la casa y había un grupo de no más de quince personas alrededor del furgón. El caballero que hablaba por altavoz se subió a la parte trasera de éste y se sentó dentro. Dio un discurso de cinco minutos, aclarando que pertenecían a una "empresa privada" y por lo tanto no iban a pedir que votaran por alguien; aquello sólo tenía fines culturales.

"Tenemos dos tipos de libros... de la segunda guerra mundial, tomos de un diccionario y algo que le gusta mucho a las mujeres... folletos de manualidades...". Quise cerrarle el maletero del furgón en la cara por lo último. "Y si a alguien le interesa, tenemos DVD's a $1000 sobre el cuerpo humano y la nueva distribución regional de Chile..." (obvio, algún enganche debía existir para tratar de ganar unas lucas a cambio de regalar libros...).

Tras esto, la gente comenzó a pedir uno o dos libros. No había mucho que escoger o pensar. Pero yo pensaba, y demasiado. Me preguntaba paranoicamente si esas personas estaban realmente interesadas en un tomo de un diccionario, en un libro de la II GM, en manualidades y artesanías o si se volvía a repetir el patrón de que lo que es gratis, es llevado sirva o no. Casi como las liquidaciones de fin de temporada. No lo podrás usar, pero está en oferta.

Sentí también pena porque la utopía a punto de dejar de serlo, seguía existiendo. No era lo que esperaba. No era el maletín literario, ni el Principito por último. Eso también es cultura, y el caballero del altavoz señalaba hegemónicamente que sólo lo que había en ese furgón lo era. De las quince personas, dos o tres supimos que no era cierto, dos o tres nos decepcionamos.

Esperé que la gente dejara de abalanzarse sobre los libros y me puse a un costado de la puerta trasera. Cuando pude pedir uno, apunté con el dedo a la Segunda Guerra Mundial. Tomé mi libro, agradecí y entré a mi casa. No me sirve de mucho, a nadie en verdad, pero necesitaba una prueba palpable de la maravillosa música que había entrado por mis oídos, y el decepcionante zumbido que quedó de la idiosincracia que se quiere disfrazar de literatos.

1 Opinólogos:

Lafaln dijo...

Qué lata... a mí me pasa cuando voy a una hueá que se llama feria o festival del libro en San Antonio. Todos los años voy esperando encontrar alguna joya que me cambie la vida, pero no... la araucana editorial ercilla, fuente ovejuna de esas que repartía la nación (un compendio celeste más ordinario que pelao con caspa).
En el fondo estamos de los mismísimos colgando, si quieres un buen libro tienes que pagar... y harto, hace un poco tiempo queise comprar la divina comedia con ilustraciones de gustave dore, pero costaba 150.000, así que me compré uno sin ilustraciones que bordeaba los 15.000. O la crucifixión rosa de henry miller, tengo que tener 120.000 para tener sexus, plexus y nexus... así que sólo tengo sexus... qué le vamos a hacer, la cultura en este país es para algunos pocos. Habrá que hacer algo al respecto.

Cuando puedas pasa por.

http://columnasingracia.blogspot.com/

Es una sección nueva de los ideasingracia, yo escribí algo un tanto afiebrado. También puedes enviarle algo a los cabros...

Saludos. Cuídese